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miércoles, 11 de enero de 2012

El largo letargo.

La fuerza que envían sus latidos de corazón a mi pecho, es tan fuerte que casi me corta la respiración cuando beso sus labios.

Rosa helada que atraviesa mis sentidos, haciendo así, temblar mis sentimientos de tal manera, que la luna duda en si seguir reflejando luz propia.

Su sangre mezclada con la mía hierbe por haberse encontrado, y transforman nuestras vidas en una.

Ella se hace adicta a mí, como yo al sentimiento dramático.

Me besa y siento que cuando rompo con el beso, tiene un miedo irracional a perderme, pero la obligo a soltarme, pues "nada es para siempre".

Lloro, y siento que mi mundo vuelve a tambalearse con tanta facilidad... con la capacidad de conseguir que la debilidad acabe con él. Y lloro, lloro de nuevo...
Y la mayoría de las veces no sé ni por qué. Simplemente, los cristales rotos donde se reflejaba antes mi rostro, se clavan en mí, obligándome a derramar lágrimas. Lágrimas de confusión, de amor, de miedo, lágrimas al fin y al cabo, de vida.

Cuando veo su amor amenazado por mi terrorífico drama, me siento como una asesina desquiciada que no sabe cómo hacer para no matar el amor que por fin, alguien me entrega incondicionalmente.

El sabor de las lágrimas arropadas en mis labios, tienen un sabor amargo, como siempre, sabor a miedo. Miedo al propio dolor, y al dolor ajeno.

Parece que las estrellas aparecen y desaparecen tal y como lo hace mi vida.
Puedo llegar a ser tan brillante como una estrella, o enferma-mente insignificante como cuando mueren.

El dolor antiguo de pensar que mueres y nadie te echa de menos, es tan parecido como imaginar que mueres y con ello matas de dolor a otra persona, por tu perdida.

Así que haga lo que haga, siempre buscar alejarme del dolor... Sobretodo de provocar dolor a los demás, incluso muchas veces, evitar eso, por encima de mí.

El sentimiento dominará cada una de mis células, cuando éstas acaben muertas por el miedo.
Y tal vez, solo tal vez, sus labios rozando los míos, sea lo único que me despierte del largo letargo.

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